Beneficios de los micronutrientes frente al envejecimiento del cerebro
Con el aumento de la esperanza de vida en todo el mundo, se ha producido un aumento significativo de los problemas de salud vinculados a la edad. Las complicaciones de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la demencia son algunas de las causas más comunes de muerte en adultos mayores de 65 años.
La demencia es un nombre colectivo para los síndromes cerebrales que afectan a la memoria, el pensamiento, el comportamiento y las emociones. Aunque existen diferentes causas de demencia, la enfermedad de Alzheimer afecta a más del 70% de las personas que padecen demencia. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente 6,5 millones de estadounidenses mayores de 65 años han sido diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer y alrededor de 360.000 personas tienen la forma de inicio joven de la enfermedad, incluso antes de los 65. En la actualidad, no hay cura para la demencia. Sin embargo, la incorporación de suplementos dietéticos multivitamínicos, como la vitamina C y otros antioxidantes, y los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a retrasar el proceso de envejecimiento del cerebro y de otros sistemas orgánicos.
Los efectos nocivos del estrés oxidativo en el envejecimiento son bien conocidos. El estrés oxidativo refleja el daño celular causado por los radicales libres. El cuerpo está expuesto a los radicales libres a través de los procesos metabólicos internos normales y por fuentes externas como el consumo de alimentos poco saludables, el tabaco, el alcohol, los rayos X y otros contaminantes. Una dieta saludable con alto contenido en frutas, verduras, cereales integrales y frutos secos y semillas, así como cambios en el estilo de vida que incluyan actividad física y mental, así como el abandono del alcohol y del hábito de fumar retrasarán los síntomas de la demencia y muchos otros problemas de salud crónicos.
Los micronutrientes con propiedades antioxidantes pueden neutralizar eficazmente los radicales libres y mejorar la salud. Las vitaminas C, D, E y el grupo B, así como como el calcio, el magnesio, el zinc, el selenio, el hierro y el ácido fólico protegen a las células del daño de los radicales libres.
Como el cerebro consume un alto índice de oxígeno, es propenso al daño oxidativo. Además, las arterias cerebrales están expuestas a un mayor estrés mecánico debido a su proximidad al corazón, lo que puede dañar las paredes arteriales y producir aterosclerosis. A diferencia de la mayoría de las células, las del cerebro tienen una capa adicional de protección llamada barrera hematoencefálica que lo protege de las toxinas y otros agentes patógenos. Sin embargo, esto también dificulta que muchos nutrientes entren. Algunos sí pueden atravesar y reparar eficazmente la barrera hematoencefálica, como las vitaminas C, B12, B5, ácido fólico, D, ácidos grasos omega-3 (EPA/DHA), y ciertos minerales como el sodio, el potasio, el magnesio, la N-acetil-cisteína y el glutatión. Entre ellos, la vitamina C es la más importante para la salud del cerebro porque su concentración es 10 veces mayor que en el resto del cuerpo.
Los investigadores del Instituto de Investigación Dr. Rath publicaron un estudio* que demostró que la ingesta a largo plazo y en altas dosis de vitamina C es fundamental para mantener la salud del cerebro y prevenir el daño oxidativo. Además, nuestros resultados muestran que una mayor ingesta de vitamina C reduce la formación de placas y obstrucciones en las arterias del cerebro ofreciendo una mayor protección. Por tanto y aunque actualmente no existen medicamentos para curar la demencia, micronutrientes fácilmente disponibles como altas dosis de vitamina C se ha demostrado que ralentizan el proceso de envejecimiento del cerebro y de todos los demás sistemas del cuerpo.
*Ref: Shi L. et al, Current Aging Science, 2021